lunes, 4 de octubre de 2010

La Caída del Imperio Azteca

Ante noticias deslumbrantes de la existencia de un rico y poderoso Imperio Azteca, el gobernador de Cuba don Diego Velásquez, decidió preparar una expedición para llevar adelante la conquista de estas regiones. Al frente de esta expedición puso a uno de los más distinguidos capitanes españoles en tierras del Nuevo Mundo, Hernán Cortés.
La expedición constaba de 553 hombres de los cuales 17 eran de caballería, contaban con 14 piezas de artillería y debían ser trasladados en 11 barcos.
Cortés hizo su arribo a las costas de Yucatán y recorrió todo el litoral comprendido entre esta península y el sureste de la región y meseta del Anahuac. Durante su recorrido pudo contar con dos auxiliares poderosos por el conocimiento de la zona y el dominio de la lengua azteca; estos fueron la princesa azteca Malinche, más conocida como Marina, y el español Jerónimo de Aguilar.
Continuando hacia el Norte, Cotés desembarcó en San Juan de Ulúa, donde fundó la ciudad Villa Rica de la Veracruz.
Aquí, decidido ya a emprender la conquista del territorio y a apoderarse de el, ordenó quemar las naves para evitar que sus expedicionarios pudieran pensar en el regreso a la isla de Cuba.
Entretanto, el emperador Moctezuma, rey de los aztecas, le envió ricos presentes pidiéndole que abandonara su país. Cortés decidió entrevistarse con el en la capital del Imperio, la ciudad de Tenochtitlán, iniciando su marcha hacia el interior del territorio. La marcha fue penosa, en el trayecto sometió a los naturales y al cabo de tres meses se encontraba a orillas del lago Texcoco. Moctezuma los recibió con presentes y gran muestra de cordialidad, por lo cual Cortés no sabia como justificar su actitud conquistadora. En estas circunstancias tuvo noticias de sublevación de indios en Veracruz, lo que fue tomado como pretexto para apresar a Moctezuma y conducirlo al palacio de los españoles. Pero, de la misma manera, Cortés tuvo noticias de que el gobernador de Cuba había enviado una expedición al mando de Pánfilo Narváez para combatirlo; así que dejo Tenochtitlán con una guarnición al mando de Pedro de Alvarado, y se dirigió a Veracruz.
Al retornar, encontró a los naturales sublevados por los desatinos de Alvarado y en un afán de contenerla saco a Moctezuma para mostrarlo ante sus subditos, pero el Emperador recibió el impacto de una flecha que le causó la muerte.
Ante la insistencia de los ataques, Cortés decidió retirarse, debiendo atravesar el lago Texcoco. Así en la noche del 1º de julio de 1520, atravesó dicho lago en medio de una sangrienta batalla que le causó la pérdida de casi la mitad de sus soldados. A este episodio se le conoce como la Noche Triste; se dice que el conquistador lloró la pérdida de sus compañeros.
Después de algunos meses de preparativos inició la ofensiva final contra Tenochtitlán, que había sido convertida en una gran fortaleza por los naturales encabezados por Cautémoc. Cortés sitió la ciudad, cortó el suministro de agua y se lanzó a la captura; así el 13 de agosto de 1521, cayó en su poder.
Cautémoc fue hecho prisionero y, después, fue quemado vivo, luego empezó la ocupación del país azteca por los españoles.

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